2 de febrero de 2009

Bauhaus 2ªparte

En 1923 el gobierno de Turingia exige a la Bauhaus que realice una exhibición de lo que había hecho hasta ese momento. La muestra se hizo bajo el lema "Arte y técnica, una nueva uni­dad", título que respondía exactamente a los propósitos de la escuela de trabajar en la recuperación de esa unidad rota a principios del siglo XIX, cuando la capacidad de hacer se dividió en dos ramas divergentes: arte e industria.
La exposición de 1923 ocasionó reacciones diversas, muchas de las cua­les, sin embargo, no tenían su origen en razones puramente estéticas sino en el ambiente mismo de la Bauhaus. En el fondo, con la enseñanza se mezclaban las ideologías y los comportamientos humanos libres, espontáneos y muchas veces bullangueros de profesores y alumnos. Toda la fecundidad de ideas que iba a transformar el mundo de la arquitectura, de las artes y del equipa­miento de nuestras casas hasta el día de hoy eran como frutos en medio de una gran hojarasca. Y no fueron muchos los que advirtieron la trascendencia de lo que se estaba gestando.
Disuelto el cuerpo de profeso­res, el alcalde de Dessau hizo llegar una propuesta favorable para el traslado de la Bauhaus a su ciudad. Entre los puntos incluía la construcción de un edificio donde se albergarían estudiantes y pro­fesores, además de contener todas las instalaciones escolares. Fue proyectado por Gropius y en poco más de un año, hacia diciembre de 1926, se encontraba ya concluido. De alguna manera, Gropius materializó en esa construcción el manifiesto inicial de la Bauhaus, por el cual se convocaba a artistas, artesanos y arquitectos a trabajar en común para el del hombre.




Hans Meyer : Escula en Basilea (en colaboración con Han Wittwer). Vista isonometrica del conjunto.


Las instalaciones de la Bauhaus en Dessau se desarrollan en una especié de hélice de tres brazos unidos entre sí por sectores de enlace. En el núcleo edificio central se encontraban las salas de dibujo, departamentos para exposiciones, aulas y salón de conferencias.
Había "laboratorios de dibujo" que se dedicaban a actividades tan diversas como ebanistería, artes aplicadas al tea­tro, tejidos, imprenta, papeles pinta­dos, tintorería y elaboración de meta­les. El ala que albergaba los dormitorios de los alumnos comprendía seis plantas con veintiocho dormitorios. En reali­dad, debe decirse dormitorios-estudio, ya que cada uno de ellos servía no sola­mente para el descanso sino también para desenvolver allí actividades perso­nales. Este cuerpo se hallaba unido di­rectamente a la escuela de dibujo por medio de una sala de una sola planta. Había también un ala reservada para la Escuela Profesional de Dessau, conec­tada con la escuela de dibujo por medio de un corto puente, soportado por cua­tro pilares. Esta pasarela estaba reservada como acceso a los locales ocupa­dos por las oficinas administrativas, los salones de asamblea y el taller privado de Gropius.
Una cortina de cristal envolvía sin interrupción todo el edificio, sin so­porte alguno ni elemento de enlace en los ángulos. Los pilares en que se apo­yaba estaban detrás del cristal, de ma­nera que el espectador contemplaba simplemente una construcción en vo­ladizo, sin que su vista descubriera nin­gún elemento de sostén que asegurara la estabilidad del edificio.





El conjunto de la Bauhaus es una combinación de cubos yuxtapuestos, distintos entre sí en cuanto a dimensio­nes, materiales y disposición. Se com­penetran unos con otros en forma sutil e íntima, a tal punto que es difícil percibir claramente los límites entre los dife­rentes volúmenes. La planta, en lugar de constituir una superficie encerrada en un perímetro definido y con ten­dencia a contraerse, a no escapar de sus límites, da la impresión de dilatarse, de extenderse hacia afuera. Los distintos cuerpos del edificio, a causa del uso de las alas como puentes de enlace y del abundante empleo del cristal, no pare­cen fijos en el suelo sino que están como flotando en el terreno.

Alessi-Bauhaus

Al llegar el año 1928, Gropius, debido a disidencias internas que se habían agudizado en los últimos tiem­pos, decide renunciar. Y es caracterís­tico de él que haya recomendado como sucesor a un hombre de ideas políticas tan distantes de las suyas como era Hannes Meyer, decididamente marxista, sin duda por considerar que reu­nía los méritos académicos del caso. Meyer, continuamente cuestionado por las autoridades, no pudo llevar a cabo su cometido. Renunció en 1930, cuando ya el advenimiento de lo que sería el nazismo convulsionaba a Alemania.

Marianne Brandt - 1924

Ocupó su puesto Ludwig Mies van der Rohe y con él se completa la trayectoria de la Bauhaus. Tres arquitectos fueron sucesivamente los directores de un cuerpo de docentes de extraordinario nivel artístico, complementado por Breuer, que renovaría el concepto del mobiliario; por Albers, que trans­formaría el panorama de la pintura; y por Bayer, cuya incidencia en las artes gráficas ha sido fundamental.
La Bauhaus quiso reunir en una sola actividad el trabajo del artista y del artesano, sintetizar en un solo objeto las formas estéticas y el producto de la fabricación en serie, tanto tiempo divorciados. Fue un colosal intento de unir el arte y la industria a través de la arquitectura, como disciplina que con­juga las distintas problemáticas del hombre en su existencia individual y social. Para decirlo con palabras del mismo Gropius, "La Bauhaus se pro­pone restablecer la armonía entre las distintas actividades del arte, entre todas las disciplinas artesanales y artísticas y hacerlas por completo solidarias con un nuevo concepto de la construc­ción. Nuestro objetivo final, aún lejano, es la obra de arte unitaria -la Gran Obra-, en que no persistirá distinción alguna entre el arte monumental y el arte decorativo."

No hay comentarios: